El sainete de la Rosaleda continúa acumulando lamentables
episodios. Desde la inicial altanería de Miguel Peralta hasta el “menfotisme”
de Antonio Francés, la historia de esta emblemática plaza está plagada de confusiones,
populismos, intereses políticos y cobardías. Y todos los desmanes cometidos los
pagamos los alcoyanos el día de su construcción, en la actualidad y, mucho me
temo que en el futuro.
Lo que iba a ser la necesaria remodelación de una plaza que
se encontraba en un lamentable estado (sobre todo en su parte superior,
destartalada y totalmente infrautilizada) con el añadido de la construcción de
un parking, dotación fundamental para una zona eminentemente comercial, se ha
convertido por el dichoso politiqueo de la izquierda local en general y de la
Colla Ecologista La Carrasca en particular en una pesadilla que dura ya una
larga década.
No podían permitir que el gobierno local del PP continuase
saliéndose con la suya. Ya se habían negado con escaso éxito a la construcción
del centro comercial Alzamora y del hotel AC y con el parking no podía pasar lo
mismo. Primero propiciaron que los dueños de la floristería que había en la
esquina inferior (¿alguien sabe porque no se permitió su reconstrucción?)
aparecieran en todos los medios de comunicación locales quejándose amargamente
por la injusticia cometida con ellos.
Luego denunciaron que al quitar los árboles de la parte baja
habían acabado con el punto de reunión de las personas mayores del barrio, el
auténtico “hogar del pensionista” del Ensanche. Fotos, entrevistas e incluso
pancartas para que estos sufridos y utilizados jubilados aparecieran en los
periódicos.
Y por último, tras meses de meticuloso estudio de las
farragosas leyes autonómicas (¿de dónde sacan el tiempo y el dinero estos
tíos?; ¿será porque tanto su tiempo como sus sueldos los pagamos entre todos?)
encontraron un resquicio para poder denunciar la, ya por entonces acabada, obra
ante la justicia. ¿El motivo? Que faltaban cuatro palmos de zona verde para cumplir
con la normativa y que la entrada del parking tenía una diferencia de altura
con respecto a la calle. Y yo me pregunto, ¿acaso los parques de la Font de
l´Horta o la emblemática Glorieta no tienen diferencias de altura con las
calles adyacentes? ¿Tan grave es este problema? Pues los alcoyanos los hemos
disfrutado durante décadas y nos ha importado muy poco este “gravísimo”
inconveniente.
Diez largos años que nos han costado un dineral a base de
recursos jurídicos, pleitos, abogados, proyectos de remodelación, resoluciones
contrarias de un tribunal que se encuentra en Valencia, lejos, muy lejos del
problema… y todo para nada.
El último acto ya lo conocen: el avispado Francés, en un
nuevo intento de alargar la agonía lo máximo posible para no tener que mojarse,
creó un “comité” formado por técnicos municipales, asociaciones vecinales,
sindicatos, políticos, empresarios…y La Carrasca, para redactar el último
proyecto de remodelación, el definitivo, el que nadie podría rechazar ya que
todas las partes implicadas participaban en él. El proyecto, como pueden ver en
el plano de obra, es una burla, una repetición del anterior (éste ya es el
sexto) quitando los caminos para poder llegar a los metros exigidos de zona
verde.
Rápidamente, La Carrasca se ha opuesto (si se han enterado
ahora, ¿en qué pasaban el tiempo cuando acudían al comité?) y lo ha vuelto a
denunciar ante la justicia, Francés ha echado mano de los técnicos municipales
para que se manifiesten a favor de la legalidad de la obra y EU, socios de
gobierno de Francés, no lo olvidemos, han puesto en duda la profesionalidad de
esos técnicos (el ambiente en el Ayuntamiento debe de ser fenomenal) y se han
posicionado del lado de La Carrasca. Un divertidísimo sainete de Armando
Santacreu si no fuese por el pastizal que nos cuesta todo esto.¿Creen que si esta obra estuviese en la Carretera del
Molinar, en el Castellar o en la Font Dolça, por poner unos ejemplos, todavía
estaría en los juzgados? Seguro que no. Pocos conocerían su existencia, ¿de qué
serviría hacer ruido?
Ni con seis
proyectos de remodelación ni con diez: a la Carrasca, y por extensión a la
izquierda alcoyana, no le importan ni las zonas verdes ni la accesibilidad para
las personas discapacitadas; lo único que buscan es la demolición de los
accesos del parking y el cierre del
mismo sin importarles el daño que ocasionarían al barrio ni la indemnización
que habría que pagarle al concesionario del aparcamiento. Crear un “Belchite”
alcoyano en el lugar más transitado de la población para que todos los votantes
recuerden lo mal que lo hicieron los peperos. Un mausoleo en el que enterrar al
enemigo político para poder perpetuarse en la alcaldía.
Dejémonos de chorradas. Aumenten las zonas verdes con
decenas de maceteros y jardines verticales, dejen de darles la importancia que
no tienen a ese grupúsculo de oportunistas de La Carrasca, que se autodenominan
ecologistas pero que no pasan de tristes sandías y firmen un pacto de no
agresión que impida que los alcoyanos nos gastemos ni un euro más en estupideces
judiciales. ¿O acaso no se les ocurren mil sitios mejores y necesarios donde
invertir el dinero?