Todo eran sonrisas y parabienes. La euforia reinaba en la sala. Y no era para menos: la entidad financiera más importante de España, el Banco de Santander, presentaba unos resultados anuales que se podrían catalogar como de ciencia ficción. En plena crisis económica y financiera, con los principales bancos mundiales quebrados o apoyados descaradamente por los gobiernos de sus países, la joya de la banca española alardeaba de haber aumentado sus beneficios durante el año 2009.
Los números marean: 8.943 millones de beneficios, un 0,7% más que el año anterior; reservas de 2.587 millones por si las cosas se tuercen en el futuro; la tasa de morosidad en el 3,4% (cuando la media del sector sobrepasa el 5%); aumentos desmesurados tanto de cifra de negocios como de beneficios en el Reino Unido y Brasil…
Emilio Botín, Presidente de la entidad, no cabía en si de gozo durante la rueda de prensa posterior a la presentación de resultados. Todo iba sobre ruedas; todo eran sonrisas y guiños de complicidad. Las preguntas de los periodistas económicos resultaban sencillas de contestar con las espaldas cubiertas por esos resultados espectaculares. Todos esperaban que en la sesión bursátil que acababa de empezar, las acciones se dispararan tal como mandaban los cánones…
Y, sin embargo, todo se torció con aquella maldita pregunta que pilló algo desprevenido a Don Emilio: ¿cree que los problemas económicos de Grecia y España son similares?
El señor Botín no lo dudó ni un segundo. Su contestación sonó nítida y clara: “comparar la distancia económica entre España y Grecia es como comparar al Real Madrid con el Alcoyano”.
Caras de sorpresa entre los periodistas presentes. Rumores, cuchicheos, nervios, prisas, carreras… Los asistentes sabían que don Emilio había cruzado el umbral. Que aquello se podía pensar, pero no decir. Que Don Emilio había metido la pata. Que con el C.D. Alcoyano no se juega… Que el desastre, en definitiva, estaba servido.
En el día de la presentación de unos magníficos resultados, todos los socios y simpatizantes del C.D. Alcoyano, vendieron sus acciones del Banco de Santander. El resultado fue demoledor: sus acciones bajaron cerca de un 10%.
Afortunadamente para el banco, y ante el riesgo evidente de quiebra, la directiva de nuestro querido club salió en su auxilio con un breve comunicado de prensa:
“El Club Deportivo Alcoyano quiere agradecer públicamente al Sr. Emilio Botín-Sanz de Sautuola García de los Ríos, presidente del Banco Santander, que en sus declaraciones realizara un símil futbolístico y se acordara de nuestro Club, aunque nos hubiera gustado que hubiera sido en otro contexto comparativo, siempre es de agradecer y es un orgullo que el Sr. Botín le viniera a la mente el nombre del Alcoyano”.
Y acto seguido, decidieron mandarle un carné de Socio de Honor del club.
Poco a poco, a los inversionistas del CDA se les fue pasando el agravio y, tímidamente, empezaron a comprar algunas acciones del banco, salvándolo de su desaparición. Faltó “el canto de un duro” para que ocurriese.
Lo menos que se puede esperar (para completar el desagravio con la afición) es que la entidad cántabra puje por llevar su publicidad a las camisetas de nuestro C.D. Alcoyano al igual que lo hizo con los bólidos de Fórmula 1 de Ferrari.
Aunque en este caso, mucho nos tememos que no le va a salir tan barata la operación. Esto le costará mucho más. Que a los alcoyanos nos cuesta mucho “baixar del burro”.
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