Difícilmente volveremos a encontrarnos en la ciudad de Alcoy con unas elecciones locales tan descafeinadas como las que se celebrarán el próximo día 22. La coincidencia con las Fiestas de Moros y Cristianos provoca una campaña electoral atípica que, afortunadamente, nos está evitando el trago de tener que padecer toda esa pantomima que se monta alrededor de las elecciones. Bienvenidas sean las fiestas.
Por otra parte, la profunda crisis que estamos sufriendo provoca una clara animadversión de la ciudadanía hacia la clase política en general. Muchos son los que creen que tanto a nivel nacional, como autonómico y municipal los políticos tendrían que haber hecho mucho más para evitarnos todos estos malos tragos y los alcoyanos nos debatimos entre apoyar la reelección de un alcalde que se ha implicado muy poco en temas económicos, votar a los representantes locales del partido que, desde Madrid, ha hundido a todo el país en la miseria o apoyar a otros partidos minoritarios semidesconocidos. Muchos serán los que se quedarán en casa ese día.
Ante todo será una campaña electoral donde todo el peso recaerá en la labor que ejerzan los candidatos, ya que las propuestas novedosas brillarán por su ausencia; todos son conscientes de que la situación económica es catastrófica y que ésta no mejorará en varios años. Por lo tanto, realizar promesas imposibles de cumplir, más que sumar, restaría votos.
El actual alcalde es el único político conocido por la mayoría de la población. Sin duda, esa es su gran ventaja. Al resto, perdónenme la expresión, no los conocen ni en la escalera de su casa. Alcoy es una ciudad demasiado grande para que todos nos conozcamos y demasiado pequeña para tener unos medios de comunicación que, de la noche a la mañana, popularicen la imagen de cualquier candidato. Dos de ellos (Francés y Carbonell) llevan cuatro días en primera línea y Agulló es conocido por los simpatizantes de EU y poco más. La coincidencia de la campaña electoral con las Fiestas de San Jorge ha acabado de condenarlos al ostracismo.
Aunque el equipo de gobierno de Sedano ha hecho una labor más que aceptable en diversas áreas como la educación, la sanidad, la cultura, la relación con las poblaciones vecinas o la promoción del turismo, algunos de sus proyectos emblemáticos (la mayoría relacionados con el mundo económico) como el parque tecnológico de La Canal , el campo de golf de Xirillent o el hotel de la Font Roja continúan sin llevarse a cabo. Ya sabemos que los trámites burocráticos son excesivamente largos en este país, pero Alcoy no puede tener proyectos que siempre tarden más de diez años en ejecutarse.
Mucho nos tememos que los proyectos “estrella” del PP sean, una vez más, los mismos. Si el resto de partidos políticos supiesen aprovechar esta debilidad, podrían hacer cambiar el voto de muchos ciudadanos. Ahora bien, ¿lo saben aprovechar? Más bien, no. Lo único que escucha la población son sus críticas a la labor de Sedano, Sanus o Pastor. Alcoy no avanza y muchos empiezan a pensar que esas críticas son las que provocan este estancamiento.
Pocas propuestas y muchas críticas que, en muchas ocasiones, ni siquiera se saben argumentar. Por poner un ejemplo, la población no acaba de entender que toda la oposición se levante en armas en contra del Boulevard, tachándolo de innecesario y no prioritario en tiempos de crisis y propongan como proyectos estrella en sus programas la recuperación urgente del conjunto de arqueología industrial del Molinar (BLOC), el proyecto Riquer, con polideportivos y centros sociales en la antigua fábrica Monllor debajo del Puente de Cristina (EU) o el difuso proyecto “Alcoilab”, una especie de barrio dedicado a la innovación y la tecnología o la pista de ciclocros del parque de la zona norte (PSOE). Si se le achaca al PP no tener proyectos para acabar con el paro y relanzar la economía, ¿estos proyectos de la oposición lo lograrán?
Por supuesto que antiguos votantes del PP, desencantados, pueden optar por quedarse en casa y no votar. Si, pero, ¿cuántos ex-votantes del PSOE harán lo mismo hartos de la política llevada a cabo desde el gobierno central o enfadados por la “limpia” que efectuó Francés entre las antiguas caras visibles del partido como Patricia Blanquer, Carlos Esteve o Amando Vilaplana entre otros? ¿Seguro que los votantes del BLOC están de acuerdo en que Paco Blay desaparezca de la vida pública? ¿Los simpatizantes de EU querían que Paco Agulló continuase siendo el número uno del partido tras su mediocre trabajo efectuado durante la última legislatura? Creo que la gran triunfadora de las elecciones será la abstención.
El resultado más "interesante" sería una victoria del PP sin lograr la mayoría absoluta. Ese resultado obligaría a las diferentes formaciones a realizar pactos que facilitaran la gobernabilidad. Llegados a ese punto, la clave la tendrían los 2-3 concejales que presumiblemente sacará el BLOC. ¿A quien apoyarán?
Rafa Carbonell ha manifestado por activa y por pasiva que con sus votos no volverá a gobernar el PP. Está claro que a priori decir lo contrario supondría cavar su propia tumba política. Llegado el momento, ¿continuará pensando igual? Lo digo por que la experiencia del tripartito de izquierdas trae muy malos recuerdos a los alcoyanos y meterse en una alcaldía capitaneada por Francés (tras ver como ha “guillotinado” a sus correligionarios Blanquer, Esteve y Vilaplana) puede resultar un auténtico infierno. Además, ¿qué puede ganar con este pacto? Si las cosas van bien, Francés se adueñará de todo el éxito y si salen mal, la culpa la tendrán los socios minoritarios.
La opción más lógica sería que el BLOC pactase con el PP. Consiguiendo dos o tres concejalías clave (urbanismo, medio ambiente…) podrían forzar al gobierno de Sedano a replantearse algunos proyectos clave para la ciudad como el campo de golf, el parque tecnológico de La Canal o el hotel de la Font Roja. Con este bagaje, en las próximas elecciones (con un Rafa Carbonell bien conocido por todos) si que podría optar a la alcaldía de la ciudad, si no con mayoría absoluta, si con un máximo de concejales que, en esta ocasión si, le permitiera pactar con quien quisiera desde una posición de fuerza.
Esta especie de “cuento de la lechera electoral”, indudablemente, no se podría producir en el caso de pactar con PSOE y EU y pasar cuatro años eclipsado por Toni Francés. Ya queda poco para saber si acertamos con nuestros pronósticos Ustedes deciden con sus votos.
Eres bueno... vaya que si... que ojo tan fino gastas. Enhorabuena por tu innegable capacidad de análisis. Falta por ver cual será el pacto final, pero aún así, tus comentarios seguirán estando acertados. Un placer leerte.
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