Seguro que en más de una ocasión, cuando va de compras por La Alameda o pasea por la Plaza de España, se habrá encontrado con una de esas mesas petitorias, tipo Cruz Roja, en las que resaltan las siglas ACPV y un lema “Volem la TV3 à Alcoi”.
Si se acerca a ellas, los integrantes de la mesa le explicarán amablemente el atropello que, según ellos, comete la Generalitat Valenciana cortando la señal de la cadena pública de televisión catalana TV3, le darán un folleto de ACPV, firmado por Eliseu Climent, en el que le explican extensamente el litigio y le solicitarán su firma para que, entre todos, “consigamos que prevalezca la pluralidad informativa que garantiza la presencia de la TV3 en nuestras comarcas”.
También podrán encontrar los carteles de ACPV (firmados por Eliseu Climent) en los paneles oficiales de los colegios públicos de nuestra ciudad pidiendo una colaboración monetaria para pagar los costosos gastos de los litigios que tienen abiertos por culpa de que la Generalitat Valenciana se empeña en cerrarles sus repetidores de televisión (desconozco con qué permiso los colocan allí y si a los padres que llevan a sus hijos a esos centros les parece bien que aparezcan esos carteles a la entrada del colegio.
¿Qué es exactamente ACPV y quién es Eliseu Climent?
Eliseu Climent fundó, apenas entrada la democracia en España, el Partit Socialista Valencià, a través del cual montó un entramado de fundaciones, asociaciones y entidades culturales capitaneadas por Acció Cultural del País Valencià, ACPV. Bajo su paraguas, con el tiempo han ido abriendo “delegaciones” en buena parte de la Comunidad Valenciana, amparadas con el nombre de “Casals Jaume I”.
Catalanista de pro, Climent disfrutó desde la fundación de su partido de diversos privilegios como benefactor de la cultura catalana por parte de la clase política de aquella región. Pero su gran ocasión llegó con el nacimiento en 1983 de la televisión pública catalana TV3. Con la excusa de promocionar la cultura, ACPV empezó a vender bonos de 1.000 pesetas a fondo perdido para sufragar el montaje de los repetidores de televisión que posibilitasen la visión de la TV3 en toda la Comunidad Valenciana. Con esos bonos consiguieron 150 millones de pesetas que, según ellos, invirtieron en terrenos y tecnología. En la última década, para el mantenimiento de los repetidores, la ACPV ha recibido 6,2 millones de euros llegados desde Cataluña.
Acció Cultural fue creciendo y en 2003 compró unas instalaciones en el centro de valencia por tres millones de euros, conocidas como Edificio Octubre. Desde allí editan la revista “El Temps”.
Pero toda esta imparable carrera de éxitos puede que esté tocando a su fin.
A raíz de la incautación en el Ayuntamiento de Santa Coloma de Gramanet de la documentación relacionada con el famoso caso Pretoria de presunta corrupción político-urbanística, se ha vuelto a demostrar la magnífica relación del señor Climent con políticos de diferentes partidos catalanes y su facilidad para moverse por el enmarañado mundo de las subvenciones públicas.
La documentación disponible acredita que las entidades de Climent vinculadas a ACPV han podido recibir como mínimo 17,2 millones de euros en subvenciones de la Generalidad, entre 1999 y 2009. Climent y sus empresas habrían extendido sus redes con tres presidentes: Jordi Pujol, Maragall y Montilla.
Sin embargo, hay que matizar que en estas estratosféricas subvenciones sólo se incluyen las ayudas publicadas en el Diario Oficial de la Generalidad durante esos años, pero no las que podrían haber obtenido de otras instituciones catalanas, diputaciones y ayuntamientos. Hay que tener en cuenta que Climent tenía (o tiene) una pasmosa facilidad (como acreditan las cartas y correos incautados en la operación policial) para acceder directamente a dirigentes con capacidad de influencia para poder llegar hasta los alcaldes, como ocurrió en el caso de Santa Coloma.
Su poder llegaba a tal extremo que incluso consiguió colar (a través de ERC y el PSC) dos enmiendas a los Presupuestos Generales del Estado para que le dieran 300.000 euros de subvención a Acció Cultural y otros 300.000 para la fundación Ausiàs March.
Pero el “caso Pretoria” le está pasando factura y la propia Generalidad de Montilla ha paralizado una macro subvención de otros cinco millones que estaban a punto de concederle.
En fin, ya los conoce un poco mejor. Como no podía ser de otra forma, usted tiene la última palabra a la hora de firmar e incluso donar algún dinero la próxima vez que pase ante sus mesas. Todo sea por garantizar la pluralidad informativa.
Yo, lo único que sé, es que estoy hasta las narices de la falsa democracia en la que vivimos el la Comunidad Valenciana gracias al PP, ¿porqué se corta la emisión de TV3 y de Canal 33 cuando por Canal 9 hacen una retransmisión deportiva?, sin ir más lejos hace una semana me quedé sin ver al Patín Alcodiam que jugaba contra el Barcelona por este motivo. También se ha cortado el teletexto y las películas son en versión original.
ResponderEliminarQuina vergonya. No sou més que una colla de feixistes. Sou uns hipòcrites, no vos agrada que subvencionin el català o el valencià però el castellà si, el castellà que és un idioma que no necessita de subvencions si. Això és ben igual que tractassim de subvencionar a un homo que té dues cames i una feina estable en comptes de subvencionar a un lisiat que va en cadira de rodes. I això no ho enteneu? `Què és que sou curts o sou una colla d'indocumentats?
ResponderEliminarPara el valiente que publica sus comentarios bajo el paraguas del anónimo.
ResponderEliminarSi en lugar de insultar a los que no piensan como usted dedicase unos minutos a leer y comprender (si es que le llega) lo escrito en el post, le aseguro que le iría mucho mejor. Aunque no defiendo nunca las subvenciones de ningún tipo, aquí no estoy criticando que se ayude al valenciano o al catalán. Lo que denuncio es el enriquecimiento (a costa de los contribuyentes) del Sr. Climent y la manipulación que lleva a cabo en la sociedad valenciana con la falsa "necesidad" de que la televisión pública catalana se tenga que ver en la Comunidad Valenciana. Sin TV3 se le acaba el chollo.
Como sé que nos lee desde Barcelona, indicarle que allá usted si considera que el catalán se puede comparar con un lisiado. Afortunadamente, esta situación no se le puede aplicar al valenciano ya que goza de muy buena salud.
Saludos.
En la Comunidad Valenciana no queremos NAZIonalistas, ni emisoras ilegales, por eso TV3 se va a tomar por culo como manda la ley, esa que no estáis acostumbrada a cumplir.
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