¡Mira que hemos criticado
veces a nuestro Alcalde en este blog! Y que conste que no nos arrepentimos
porque méritos había hecho para ello. Pero en esta ocasión no podemos hacer
otra cosa que reconocer su mérito y quitarnos el sombrero ante la jugada
maestra que ha realizado. ¡Enhorabuena, Don Antonio!
Sabida es por todos la
necesidad de suelo industrial en Alcoy. Y el mejor suelo (más bien el único)
que podemos encontrar en nuestra intrincada orografía es el que se ubica en la
zona de La Canal: una gran extensión de terreno llano, bien comunicado por la
autovía, relativamente cerca del puerto de Alicante y del aeropuerto del Altet
y, en un futuro, esperemos no muy lejano, con un enlace ferroviario hasta
Villena y de ahí, al resto del mundo.
Esto ya lo sabía nuestro
anterior Alcalde, Pepe Sanus, que fue el primero que habló de esta posibilidad.
Sin embargo, Don José cayó en desgracia y tanto él como su proyecto
desaparecieron del panorama alcoyano hasta que el nuevo gobierno del PP decidió
revitalizarlo. Curiosamente, fue en ese momento (y nunca antes) cuando la
“progresía” alcoyana se dio cuenta de que el polígono sería perjudicial para
nuestro principal acuífero, el Molinar. La historia a partir de entonces ya la
conocen: el PP pugnando por construir el que denominaron “parque empresarial de
la Canal” y la izquierda negándose con apocalípticas razones del tipo
“moriremos de sed porque envenenarán el agua para siempre”.
¿Y el PSOE? ¿En qué lado
del cuadrilátero se colocó? Pues como cabía esperar (y en contra de su opinión
inicial y de cualquier razonamiento lógico) se posicionaron junto a los
“ecologistas-sandía” en contra del entonces todopoderoso PP con la intención de
desgastar al partido en el poder.
Pero ya saben que todo cambia en esta vida y hasta lo imposible se puede hacer realidad: con los resultados electorales más penosos de la historia, el PSOE, y con él Antonio Francés, tuvo la posibilidad, tras las últimas elecciones municipales, de alcanzar la Alcaldía. ¡Y vaya si la aprovechó! Pactó con el Bloc, con EU...y porque no había más partidos y prometió y firmó todo lo que le pusieron delante: el fin de La Canal, de Serelles, del hotel de la Font Roja, del Boulevard... lo que fuese con tal de alcanzar la ansiada Alcaldía. ¡Y después ya veremos!
Pasada la primera
euforia, pronto se dieron cuenta de que el problema del suelo industrial
continuaba ahí y la pregunta que (suponemos) se hizo Antonio Francés fue la
siguiente: ¿cómo construir el polígono de La Canal haciendo creer a nuestros aliados
y a la población en general que nos oponemos a ello? Un dilema solo apto para
un genio político y que Antonio Francés ha solucionado con nota.
Lo primero, conseguir que
alguien que no fuese del PP moviese el cotarro. ¿Y quien mejor que el propietario
de unos terrenos sin valor a menos que se realizase el polígono? Además, le
sonrió la fortuna ya que ese propietario lo era a su vez de una empresa muy
querida por los alcoyanos: La Española, Y eso pesa mucho porque no es lo mismo
que salga en los periódicos el dueño de una pequeña textil, un transportista o
un concesionario de coches, por poner unos ejemplos, y diga que si no se hace
el polígono, se va de Alcoy que lo diga el señor Alberola con sus más de 200
puestos de trabajo y su prestigio como empresa detrás. Solo con esta amenaza
velada, muchos alcoyanos de izquierda ya cambiaron su opinión respecto a La Canal.
La segunda fase estaba
clara: que esa empresa preparase un proyecto (muy apetecible para todos) en el
que demostrase su interés por sacar su actual fábrica de la zona norte de Alcoy
y aprovechando la ocasión, unificar sus instalaciones trayendo sus fábricas de
Sevilla hasta La Canal con los consiguientes beneficios económicos y laborales
que ello conllevaría.
Luego, y ante la magnitud
que ya suponía este proyecto, presentar ante la Generalitat Valenciana una
solicitud para que ésta lo declarase como Actuación Territorial Estratégica
(ATE) y a partir de ahí, presionar al PP para que lo aprobase en Valencia. ¿Por
qué? Pues porque la aprobación de este tipo de actuaciones supone que el
proyecto pasa a manos de la Generalitat escapando del ámbito municipal y pasa
por encima de cualquier PGOU o de la oposición de cualquier político o
asociación que se ponga por delante. Por supuesto, la Generalitat lo ha aprobado:
¡a ver quien se niega a crear 700 puestos de trabajo con la que está cayendo por
culpa de las manías de unos ecologistas!
A partir de la
construcción de este proyecto, ¿cómo negarse a que se instalen otras empresas
en La Canal? Objetivo cumplido: polígono de La Canal construido porque me han
obligado “los de arriba”. ¡Bien, Don Antonio!
Otra cosa no tendrá, pero
que se mueve como pez en el agua en estas disputas políticas, nadie se lo puede
negar. Primero se cargó a todo aquel que
le pudiese hacer sombra dentro del PSOE local, ya fuese Amando Vilaplana,
Patricia Blanquer o Carles Esteve... Incluso supo cambiar de bando y dejar en
la estacada al entonces Secretario General del PSPV, Jorge Alarte, en las elecciones
que perdió con Ximo Puig.
Luego, ya sin oposición
interna, se presentó a las elecciones municipales consiguiendo el mayor fracaso
electoral cosechado nunca por el PSOE. Pero no se amilanó y aprovechando la
mayoría simple del entonces Alcalde Jorge Sedano, pactó con el Bloc y EU para
descabalgarlo del poder y convertirse en nuevo Alcalde.
Quitarse de encima al “vicealcalde”
Carbonell junto con todo su partido fue
sencillo: su soberbia, su prepotencia y su ignorancia política propiciaron que
se metiesen directamente en la boca del lobo. Y Francés, encantado, dejó que se
enfangasen hasta que les dio el golpe de gracia. Luego, contempló complaciente
cómo se desmembraba el PP alcoyano desapareciendo con ello un poderoso rival en
el Ayuntamiento
Ya solo le queda como “compañero
de viaje” Paco Agulló. ¿Cuánto tardará en recordarle aquella promesa de que si
se aprobaba La Canal abandonaría el gobierno municipal? Yo, de Paco, evitaría que se me aproximase por la espalda.
Con apenas siete
concejales, Alcalde sin que nadie le tosa. Aprovechará el pánico ancestral de
la izquierda a que mande la derecha para que le presten sus votos cuando lo
necesite y tirará mano de los votos de la derecha cuando tenga que aprobar cualquier
cosa que desagrade al resto de la izquierda. Y nadie se atreverá a presentarle
una moción de censura por miedo a que el remedio sea peor que la enfermedad.
Lo dicho, nos quitamos el
sombrero. A partir de ahora, “Toni” pasa a la historia. Llega Don Antonio
Francés.
(Caricatura de Kikelin)
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