lunes, 20 de diciembre de 2010

El Badulake: venta de alcohol a menores con permiso de la autoridad



Seguro que todos ustedes conocen la normativa que prohíbe la compra y el consumo de alcohol a menores de 18 años. Pues bien, según los datos recogidos por la Fundación Alcohol y Sociedad (FAS) en el libro “Hablemos del Alcohol” publicado recientemente, el 61% de los jóvenes de 12 a 18 años es “consumidor habitual”, el 69% comenzó a beber entre los 13 y los 16 años, el 56% admite “haberse emborrachado en alguna ocasión” y al 50% “le ha sentado mal la bebida” alguna vez.

No queremos caer en falsos moralismos y ya sabemos que todos hemos sido jóvenes y pocos han sido los que han esperado a los 18 años para probar su primer “cubata”, pero las cosas han cambiado y, al igual que hasta hace cuatro días podíamos encontrar ceniceros en los pasillos de los hospitales y ahora ya no podremos fumar ni en los bares o podíamos llevar a los niños en el coche en el asiento de atrás dando saltos y ahora nos multan si la silla especial en la que van sentados no está homologada, las autoridades han decidido que no es bueno para la salud de los menores de edad tomar alcohol y han dictado leyes para que eso se cumpla. Al menos en teoría, ellos saben más sobre el tema y a los ciudadanos no nos queda otra que acatar la legislación vigente.

¿Cómo se explican estas cifras de consumo tan altas?
Nos lo aclaran en la misma encuesta: el 45% de los chavales afirma que tiene permiso de sus padres para beber y el 94% de los adolescentes consigue alcohol “sin dificultad”, es más, al 70% de ellos “nunca les han pedido el DNI” para consumir o comprar alcohol.

Respecto al primer punto, de los padres, una pregunta: ¿dejarían que su hijo de 14 años montase en parapente, condujese una moto de gran cilindrada o se tirase en paracaídas? Pues les aseguro que emborracharse por la calle es mucho más peligroso: accidentes, peleas, abusos... elijan la peor opción.

En cuanto al segundo aspecto, aparte del aspecto moral del tema, ¿cómo es posible que un comerciante se arriesgue a una severa multa e incluso al cierre de su establecimiento por vender alcohol a los chavales? La respuesta es sencilla: porque saben que no les va a pasar nada.


Aunque estoy seguro de que habrá muchos más, un buen ejemplo de esta impunidad la tenemos, aquí en Alcoy, en un establecimiento situado en la esquina de las calles Vistabella y Agres (más arriba del “Olimpia”) llamado “el Badulake”. En esta pequeña tienda, sobre todo los fines de semana, se dispensa todo tipo de bebidas alcohólicas a los menores de edad. Si se acercan por esta esquina, no encontrarán a jóvenes de 16 o 17 años comprando unas latas de cerveza; lo que verán con asombro es cómo niños de 12 y 13 años salen con botellas “de a litro” de vodka, ginebra o whisky.

¿Conoce este hecho la policía (tanto local como nacional) y, por lo tanto, las autoridades municipales? Supongo que si: no quiero hacerlos tan tontos como para creer que yo lo haya visto y ellos, que patrullan constantemente por la zona, no se hayan dado cuenta. Sólo con ponerse frente a la tienda pueden ver cómo salen los chavales enarbolando las botellas como si de un trofeo se tratase ¿Por qué no hacen nada por evitarlo? A esta pregunta no tengo contestación.


No se quien es el propietario de esta tienda. Lo denuncio públicamente por dos motivos: el primero por saltarse la ley “a la torera” y venderle alcohol a menores de edad (incluso a menores de 12 años) con los peligros que ello conlleva. El segundo por aprovecharse económicamente de la situación y “robarles” el dinero a los críos. Sabe que no pueden entrar en un supermercado y les estafa duplicando e incluso triplicando los precios de estos artículos “prohibidos”.
Por cierto, también pueden comprar tabaco. Completito que es el establecimiento.

Les invito a que si conocen otras “tiendecitas” de este tipo, dejen sus nombres y direcciones en los comentarios. Así, ayudaremos a nuestras autoridades locales en sus “difíciles” investigacionesy el señor Sedano nos lo agradecerá.