Suelo escuchar la
intervención mensual de nuestro alcalde, Toni Francés, en Radio Alcoy,
respondiendo preguntas de los oyentes. Y no lo hago por enterarme sobre como
está la ciudad o sobre cuales son los proyectos inmediatos que se van a realizar,
porque de eso nos informa más bien poco; lo escucho porque me encanta su valía
para convencer a los ciudadanos de que su trabajo es útil y exhaustivo y por su
facilidad a la hora de esquivar preguntas conflictivas.
Legendaria fue aquella
contestación, allá por el mes de mayo o junio, a un runner alcoyano preocupado
por el futuro de la popularmente llamada “pista del Colacao” ante la inminente
construcción de la ciudad deportiva del Alcoyano. Con pasmosa tranquilidad, le
contestó que hablaría con los técnicos del ayuntamiento (algo que repite una
docena de veces en cada programa) pero que su prioridad como alcalde era que no
disminuyesen las zonas verdes sino que proliferasen. Y lo irónico fue que lo dijo
al día siguiente de aparecer su fotografía en todos los medios informativos
descubriendo el cartel que anuncia las obras a las puertas del polideportivo,
cartel en el que se ve claramente que la pinada que alberga la “pista del
Colacao” desaparece completamente del mapa. No le pude ver la cara, pero conociéndolo,
estoy seguro de que ni se sonrojó ni movió una ceja mientras contestó al oyente.
Una de las cosas que más
admiro es el poder de convocatoria de nuestro alcalde. Me explico: los
programas con participación de los oyentes (salvo si pueden ganar algún premio)
han desaparecido prácticamente de las parrillas radiofónicas por falta de
llamadas y los pocos que quedan, tienen una participación mínima. Como ejemplo,
en la misma Radio Alcoy, los lunes emiten el programa “suya es la radio” (en
donde se puede denunciar públicamente cualquier problema local) y apenas llama
nadie. Cuatro o cinco llamadas en el mejor de los casos.
Sin embargo, cuando acude
Toni Francés, los oyentes se desmandan, las llamadas se multiplican y siempre
se queda más de uno sin poder entrar en antena. Si, de acuerdo que sólo va una
vez al mes, pero también acude a otros medios de comunicación periódicamente,
concede entrevistas y, según él mismo dice, atiende, tanto en la Alcaldía como por la
calle, a quien se lo solicita. ¿Por qué siempre esta elevada participación de
los oyentes?
Pero lo que más me sorprende
es la temática de las preguntas que le hacen al señor alcalde. Problemas en
Alcoy hay muchos y variados (como supongo que ocurre en cualquier ciudad de
España). A los estragos que ha causado la crisis,, se unen otros problemas
intrínsecos a nuestra ciudad como la falta de suelo industrial; el
tercermundista trenecito; las décadas que lleva elaborándose el PGOU (y lo que
queda); la falta de definición en zonas como la manzana de Rodes, la fábrica de
Monllor o la zona del Tossal; el retraso en proyectos como la calle Entenza,
accesos al polígono Santiago Payá o las rotondas en las entradas sur, norte y
Bañeres, los mil y un problemas de la Policía
Local ; el demostrado amiguismo en algunos asuntos como el de la Filá Miqueros o la contratación
de algunas obras menores; el caos circulatorio que se nos avecina por la falta
de diligencia en las reparaciones del puente Fernando Reig , accesos al
Santiago Payá, demoliciones en la
Beniata , remodelación del puente de San Jorge, etc. Mil y un
problemas que no encuentran su reflejo en las preguntas que aparecen en el
programa.
¿Qué temas creen que
preocupan a los alcoyanos y, por lo tanto, trasladan a Toni Francés? Pues hasta
el año pasado, las cacas de los perros eran el tema estrella, pero como
instalaron ¡tres! pipicanes que solucionan el problema en toda la ciudad (ironía)… Ahora todo ha cambiado y el mejor tema del que
hablar con nuestro alcalde es… ¡las cagadas de las palomas! Como lo leen: más
de la mitad de las intervenciones tienen como protagonista las defecaciones de
esta ave, símbolo de la paz.
Que yo sepa, palomas ha
habido toda la vida en Alcoy. Al menos, durante los últimos 60 o 70 años. ¿”Els
colomets” de antes eran más aseados que los actuales? ¿Los alcoyanos nos hemos
vuelto unos tiquis-miquis? Pues no
vayamos a París, Venecia o Barcelona que lo pasaremos mal.
¿Es cierta esta obsesión de
los alcoyanos por estos pajaritos? Llámenme desconfiado, conspiranoico o como
ustedes prefieran, pero ¡qué bien le vienen estas preguntas a Toni para que
pase el tiempo sin tratar otros temas!
Sólo espero que los ciudadanos más
afectados por las caquitas (ya sean de perro o de paloma) no trabajen para el
Ayuntamiento. Sería una lástima que tuvieran que gastarse el dinero llamando a
Radio Alcoy cada vez que aparece el Alcalde, ¿no creen?
(Fotografías de spain-center.com y página 66)
Tambè te la sort el senyor frances de no tenir oposició. Entre la esquerra tonta de guanyar i compromis i les families del pp i ciudadanos pot gobernar fins al final dels temps.
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