Un año más se ha celebrado la “Fira de Tots Sants” en la localidad de Cocentaina. Con la de este año, ya llevan ¡663 ediciones! Nuestra más sincera enhorabuena.
Como de costumbre, la edición de este año ha vuelto a ser un rotundo éxito, tanto en número de visitantes como de expositores, apoyados en esta ocasión por una climatología excelente. La organización también ha brillado a gran altura.
Como de costumbre, la edición de este año ha vuelto a ser un rotundo éxito, tanto en número de visitantes como de expositores, apoyados en esta ocasión por una climatología excelente. La organización también ha brillado a gran altura.
Sin embargo, como ya viene siendo habitual, un aspecto de la Feria continúa pareciéndonos deplorable: el de las cifras que facilita la organización. Este año, dicen que el número de visitantes se ha acercado al medio millón de personas; que el de expositores ha superado los 700 y que la cifra de negocio se ha situado en 30 millones de euros. Vamos por partes:
La cifra de visitantes ya lleva varios años estancada. Durante la década de los noventa, antes de la celebración de la Fira ya se sabía la cantidad de gente que iba a acudir a ella: 50.000 personas más que el año anterior. Así, de 200.000 visitantes se pasaba a 250.000, de ahí a 300.000 y así sucesivamente. Daba igual si había más o menos días de Fira, si hacía sol o caían “chuzos” de punta o si era época de bonanza o de crisis. Antes de la Fira ya salía el concejal de turno a darnos las cifras totales.
Esta costumbre se mantuvo hasta que se llegó a la cifra “mágica” de 500.000 visitantes. Es de suponer que en ese momento decidieran que la cifra ya era lo suficientemente increíble como para ir aumentándola más y desde hace ya varios años, la vienen manteniendo. Pero, ¿pueden visitar la Fira medio millón de personas cada año? Hagamos unos números para ver si eso es posible:
Este año, la Fira ha estado abierta 3 días. El primero de ellos fue viernes, fiesta local en Cocentaina pero no en el resto de España. Se comenta que estuvo muy visitada, sobre todo el viernes por la tarde, pero ni el más optimista de los organizadores calcula que fueron más de 20.000 personas (ojo, todo un éxito si pensamos que Cocentaina apenas sobrepasa los 10.000 habitantes, contando también Gormaig). Es decir, para las jornadas del sábado y domingo nos dejamos 480.000 visitantes.
Aunque parece que fue más gente el segundo día que el primero, vamos a considerarlos por igual y también diremos que fueron las mismas personas por la mañana que por la tarde y que las que fueron a primera hora, a mediodía, obedientes, se fueron a sus casas para dejar sitio a los que llegaron después de comer. Con esas premisas, las cifras nos indican que fueron a la Villa Condal 120.000 personas en la mañana del sábado, otras tantas por la tarde y las mismas el domingo, tanto por la mañana como por la tarde.
¡120.000 personas en Cocentaina al mismo tiempo!, o sea, más de 10 veces su población habitual.
La cifra es superior al aforo de grandes estadios como el Camp Nou de Barcelona o el Santiago Bernabeu de Madrid. Quien haya estado en uno de esos campos un día que estuviese hasta la bandera comprenderá rápidamente que es imposible meter a toda esa gente en el casco antiguo de Cocentaina. Ni poniendo a unos encima de otros hasta llegar al segundo piso de las casas.
No estoy de broma: el casco antiguo de Cocentaina (la parte en la que se ubica la Fira), no llegará a los 700.000 metros cuadrados. De ellos, por lo menos el 80% son edificios o propiedades privadas y otro 10% son calles con tráfico, carreteras... Es decir, en el 10% restante (unos 70.000 metros cuadrados) se tienen que colocar todos los expositores y las 120.000 personas. Convendrán conmigo que, o se ponen unos encima de los otros o no caben.
Otra forma de calcularlo es por la forma en que esos visitantes se han desplazado hasta la Villa Condal. A ver, por aire aun no pueden llegar y en tren, siendo muy optimistas, apenas se habrán desplazado unos cientos de personas. Así que la mayoría lo habrán hecho por carretera. Continuemos siendo optimistas y digamos que 10.000 personas se desplazaron cada media jornada hasta Cocentaina en autobús (sabemos que no es verdad porque eso supondrían 200 autobuses y, a menos que fuesen invisibles...).
Nos quedan 110.000 personas que acudieron en automóvil. A una media algo superior a las tres personas por vehículo, nos sale la nada despreciable cifra de 35.000 coches. Si pensamos que un coche mediano ocupa unos 12 metros cuadrados (se tienen que abrir las puertas) y sin contar los pasillos que se deben dejar para que puedan salir los coches aparcados, nos salen más de 400.000 metros cuadrados ocupados. Mucho, ¿no les parece?
En las zonas habilitadas por el Ayuntamiento (me niego a llamarles parkings) supongamos que cupieran 2.000 coches (ni de lejos) y que en las calles, rotondas, aceras y demás de Cocentaina colocásemos otros 3.000. Nos quedan 30.000 coches por aparcar. ¿Dónde? Alguno de ustedes dirá que la circunvalación siempre estaba llena, que la carretera de Benilloba también... ya, pero es que 30.000 coches, uno detrás de otro ocupan 150 kilómetros, o lo que es lo mismo, aparcando a los dos lados, hasta Albaida por un lado, hasta Jijona por el otro y hasta Confrides por el que resta. En fin, si se lo quieren creer...
Vamos con los expositores: 700. Se suelen colocar en el Passeig y calles adyacentes. Supongamos que la zona del Passeig ocupada por tractores, coches y demás, sea de unos 800 metros (creo que me he pasado) y que en el resto de las calles de alrededor, se ocupen otros 800. Un expositor viene a ocupar de media unos 15 metros. La división, sencilla, nos da que unos 106 expositores se colocaron en estas arterias principales. ¿Dónde se colocaron los 594 restantes? Si, ya lo sé: en las estrechas callejuelas del centro.
El problema es que se confunde a expositores con personas o empresas que pagan al Ayuntamiento por colocar su chiringuito. Si yo me gastase un dineral en el montaje de mi stand de maquinaria agrícola, por ejemplo, me sentaría muy mal que me comparasen con el churrero o con el de las gominolas (con todos mis respetos hacia ellos). Les propongo que para aumentar las cifras, al próximo año también cuenten como expositores a los manteros y a los trileros (porque los hay, y muchos).
Por último, el tema económico. Aquí he oído dos versiones: una que dice que el valor de lo expuesto era de 30 millones y otra que dice que el volumen de negocio fue de esos mismos 30 millones. La primera puede que sea verdad, pero no se crean la segunda: 30 millones dividido 700 expositores nos da la nada desdeñable cifra de 43.000 euros por expositor. Estoy de acuerdo en que el que venda coches, tractores o chimeneas, puede haber llegado a esas ventas, pero si el de las gominolas vende 43.000 euros... ya no vuelve a trabajar en todo el año.
Como ya decíamos al principio, el éxito rotundo que se cosecha año tras año en la Fira de Tots Sants no es fruto de la casualidad, sino del trabajo bien hecho, del sacrificio de muchísimas personas y de la ilusión de todo un pueblo.
¿Sería menos importante si no hinchasen las cifras y se ajustasen a la realidad? Seguro que no. Si quieren hacerle un favor a la Fira, que los regidores del Ayuntamiento dividan los números por 4 o por 5 y que vuelvan a empezar, porque es una lástima que un evento de esta importancia quede oscurecido por la polémica que generan unos números fantasiosos e irreales.
Si me lee algún “socarrat” seguro que piensa: estos alcoyanos nos tienen envidia. No tengan ninguna duda de que es cierto: ojalá celebrásemos la Fira en Alcoy. Pero una cosa es la envidia y otra estar ciegos. Y a Cocentaina, por mucho que insistan, no acuden 500.000 personas a ver la Fira. ¡Qué le vamos a hacer!
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